Clínica de las
adicciones femeninas sociales
Dr. Francisco
Alonso, Catedrático de Psiquiatría y Psicología Médica
En el grupo de las adicciones sociales sobresalen las
adicciones al alimento y a la compra, como las conductas adictivas femeninas genuinas.
Las formas de trastorno adictivo alimentario
prevalente en la mujer son la bulimia pura (sin anorexia), la hiperfagia psicosomática y
la adicción monoalimentaria al chocolate.
Con relación a la bulimia adictiva, se revisan sus
rasgos diferenciales con la bulimia anoréxica, destacando entre ellos, el peso normal o
excesivo, la preferencia por los dulces, la comorbilidad con la depresión y el
antecedente de abuso sexual en la infancia.
Las mujeres hiperfágicas psicosomáticas se
caracterizan por su tendencia a responder a las frustraciones y a los acontecimientos
estresantes con una entrega a la ingestión de una cantidad de comida copiosa, integrada
sobre todo por productos lácteos e hidrocarbonados para convertirlos fácilmente en
péptidos opioides endógenos (endorfinas y encefalinas). Estas mujeres son como
toxicómanas de la comida.
El chocolate despliega su poderosa fuerza adictiva en
dos vertientes: la del sabor agradable y la textura entre pastosa y cremosa, y la de
contener una sustancia psicoactiva de tipo anfetamínico y un precursor de la serotonina.
La adicción a la compra suele estar condicionada por
un estado depresivo, una ciclotimia, una situación de vacío existencial o soledad, o un
trastorno de la personalidad. En os últimos tiempos tiende a asociarse con formas
larvadas de cleptomanía y pequeñas raterías. Su marco social viene dado por el abuso de
consumo casi generalizado.
Se analiza a este respecto la ética del consumo
marcada por una relación dinámica entre estos dos polos: la invención de necesidades
artificiales por parte del consumidor, y las técnicas de publicidad y venta utilizadas
por las grandes superficies. Se proporcionan pautas de conducta para proteger a la mujer
contra la consumopatía. La compra adictiva constituye una dolencia aún no
suficientemente reconocida, a pesar de acompañarse de un alto grado de sufrimiento y
poder abocar a la ruina familiar. Una de las formas más frecuentes de trastorno
multi-impulsivo es precisamente la asociación de la adicción al alimento y la adicción
a la compra.