De
usar heroína a necesitarla: la configuración de la dependencia en las mujeres
Carmen Meneses. Escuela
Universitaria de Trabajo Social. Universidad Pontificia Comillas, Madrid
Resumen:
Se presentan algunos de los
resultados de un estudio etnográfico en el que se ha analizado la trayectoria del consumo
de heroína en un grupo de mujeres, la mayoría de ellas pertenecientes a un mismo entorno
social. Se ha profundizado en el modo en que las mujeres pasan de un uso experimental de
heroína al uso compulsivo, deteniéndonos en aquellos factores que han podido incidir en
la dependencia.
Introducción:
El consumo de opiáceos en
las mujeres, antes de la extensión del consumo de heroína, era motivado por el
tratamiento terapéutico para algún tipo de dolencia. Distintas fuentes han puesto de
relieve como este tipo de uso, de origen iatrogénico, parecía estar representado en
mayor medida por la población femenina (González Duro, 1979; Usó Arnal, 1997). Este
consumo pasaba desapercibido en la sociedad del momento, al producirse de forma privada y
oculta.
Con la extensión del
consumo de heroína en algunos sectores de población a finales de los años setenta, la
participación femenina se reduce considerablemente, alcanzando un máximo del 20% en las
muestras y registros de los consumidores de heroína (véase el SEIT en sus distintos
años). Esta menor representación puede ser debida a diversas circunstancias, pero parece
haber motivado el que las mujeres no hayan sido los sujetos protagonistas de la
investigación social en este campo. Los estudios que se centran en el consumo de drogas
en las mujeres son escasos en España. Por tanto, tenemos un desconocimiento de cómo se
producen los consumos compulsivos en las mujeres y cuáles son sus necesidades en los
programas de recuperación.
Material y metodología
Para la realización de
esta investigación se ha contado con 25 historias de vida de mujeres con dependencia a la
heroína, que pudieran ilustrar la máxima diversidad de situaciones sociales, económicas
y culturales. Sus historias se empezaron a recoger a principios de la década de los
noventa, realizando un seguimiento de sus trayectorias personales hasta finales de los
noventa. Para ello se ha realizado un trabajo de campo en sus entornos naturales, así
como entrevistas en profundidad en diversos momentos de sus carreras en el consumo.
Resultados
Antes de producirse el
primer uso experimental de heroína, las informantes habían realizado otros tipos de
consumo de drogas tanto legales como ilegales, siendo tan sólo un 8% las que no tuvieron
usos de drogas ilegales previos. La mayoría de ellas habían realizado consumos
experimentales u ocasionales de drogas ilegales, en el 64% de las mujeres y consumos
intensivos, fundamentalmente de hachís, en el 28% de ellas. Los primeros usos
experimentales se produjeron a los 18 años de media (s=3,09), posibilitado por sus redes
sociales de amigos y amigas, así como por sus parejas. Cabe mencionar que el 20% de ellas
realizan sus primeros consumos con otra mujer. Nuestros resultados contrastan con otros
trabajos que señalan la iniciación de las mujeres con los varones, con los que suelen
tener una relación afectiva (Eldred et al. 1976; Suffet y Brotman, 1976; Rosembaum, 1981;
Hser et al. 1987; Taylor, 1995; Robles et al. 1998). Incluso cuando los primeros consumos
de heroína se realizan con su pareja sentimental, ellas mantienen una actitud activa en
la iniciación (Taylor, 1995). La vía de consumo mayoritaria fue la nasal en el 44% de
las mujeres. El 32% de ellas utilizan la vía endovenosa en sus primeros consumos de
heroína, puesto que era la vía más común de uso en sus redes sociales. Las vías de
administración cambian en función del momento histórico de inicio, pues hasta mediados
de los ochenta no era conocida en sus entornos la vía pulmonar. Salvo en dos casos, que
realizaron un cambio de vía de administración, entre el uso experimental y el inicio del
compulsivo, en las demás mujeres, los cambios de vía de administración se produjeron
una vez establecido el uso compulsivo, no sucediendo en todas ellas. La secuencia
temporal, desde el primer consumo de heroína hasta el uso regular y compulsivo, varía en
las mujeres entre un mes y cuatro años, siendo el intervalo de uno a tres meses el que
mayor frecuencia alcanza. Diversos factores influyeron en la consecución del consumo
compulsivo, entre los que destacan: la disponibilidad de heroína en sus redes sociales,
la integración en la escena de la heroína y su alejamiento del mundo de los no
consumidores, la vía de administración y el significado del consumo para ellas. La mayor
rapidez de las mujeres en la configuración del consumo compulsivo se ha asociado con su
pareja sentimental, que era consumidora previamente (Rosembaum, 1981). Aunque hemos
encontrado lo señalado en el trabajo citado, también lo hemos hallado con sus amigos y
amigas, sin que mediase ninguna relación sentimental. En el periodo entre ambos tipos de
consumo mencionados, la heroína es facilitada a las mujeres por sus redes de inicio en
los primeros consumos, siendo más frecuente la invitación y la adquisición a través de
otros consumidores. Durante el consumo ocasional y regular, consiguen la sustancia tanto
por sus amigos como por ellas mismas. La mayoría de ellas pensaban que controlarían el
uso de heroína y no se produciría la dependencia a la sustancia, sobre todo en aquellas
cohortes de edad que tenían referencias previas de consumidores compulsivos. El
reconocimiento de la dependencia se produce de forma inesperada en las primera cohortes de
consumidoras, mientras que en las siguientes, ya se habían familiarizado con los efectos
de la supresión de la heroína. Sin embargo, son los compañeros de consumo, los que
ayudan a identificar la dependencia y a integrar su nueva condición. Conclusiones Los
resultados del estudio presentado señalan algunos factores y circunstancias del proceso
de configuración del consumo compulsivo de heroína en las mujeres. Nuestras conclusiones
pueden ser muy útiles para el diseño de campañas preventivas en los consumos de drogas,
pudiendo incidir en aquellos aspectos que más contribuyan al establecimiento de la
dependencia en la mujer.