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Perspectivas de género en los problemas de drogas y su impacto Dra. Elena Rodríguez San Julián Se presentan los principales resultados de una investigación cualitativa realizada por la FAD en colaboración con el Instituto de la Mujer, que forma parte del estudio "La Percepción social de los problemas de drogas en España". La investigación parte de la base de que el estudio de las representaciones sociales es fundamental para afrontar estrategias adecuadas de respuesta al problema de las drogodependencias, en la medida que dichas representaciones forman parte constituyente del propio fenómeno y se concretan orientando pautas de actuación específica. A partir de la teoría sociológica, pero también a partir de la experiencia histórica, sabemos que las representaciones sociales sobre las drogas forman una parte sustancial del cómo cualquier sociedad convive con las sustancias y los diferentes consumos, por encima incluso de sus componentes objetivos. La propia definición de los problemas, en qué consisten y el que sean considerados más o menos graves, la evolución de los diferentes consumos, etc., dependen en gran medida de cómo son percibidos, vividos, interpretados e integrados por el conjunto de los ciudadanos. En lo que se refiere al universo femenino ahondar en esta cuestión, específicamente mediante técnicas cualitativas, era especialmente relevante desde dos puntos de vista: * Las conclusiones sobre las percepciones y representaciones del conjunto de la población, desde el punto de vista cuantitativo, no ofrecen resultados concluyentes en lo que respecta a la existencia de diferencias en base al género en las percepciones manifiestas (en respuesta a preguntas explícitas de cuestionario), mientras que sí aparecen para otras categorías de análisis, fundamentalmente la edad y la ideología. Desde esta perspectiva nos encontraríamos en una situación en la que los estereotipos, consideraciones y valoraciones respecto a las drogas, evaluación de los problemas asociados y la percepción de los consumos serían, al menos, similares entre varones y mujeres. * Sin embargo, toda la investigación epidemiológica realizada en la materia apunta la existencia de importantes diferencias entre géneros en las conductas objetivas de consumo: tipo de drogas, frecuencias, cantidades, etc. En esta situación, mediante el análisis de grupos de discusión compuestos exclusivamente por mujeres, queríamos profundizar en las líneas discursivas específicas que puedan apuntar hipótesis clarificadoras de la posible contradicción entre los dos tipos de resultados descritos. De los discursos de las mujeres, comparativos con los grupos mixtos y de varones también realizados, es posible resaltar las siguientes reflexiones para la definición de una perspectiva de análisis e intervención desde el género. En esta perspectiva, el discurso elaborado desde los grupos de mujeres refleja dos tipos de componentes respecto a la percepción de las drogas y los consumos: uno de carácter estructural relacionado con las expectativas sociales y los roles específicamente asignados a las mujeres dentro del conjunto de la sociedad y un componente dinámico, que se refiere a las formas de acomodación y transformación de esos roles, en un proceso de cambio social que en el momento actual- incorpora aspiraciones y objetivos específicos desde el colectivo femenino (representados por los matices diferenciales que aportan los distintos grupos de edad y posición socioeconómica). La dialéctica entre estos dos componentes se configura alrededor de tres grandes elementos: * La maternidad (real o como expectativa) que, siendo un referente específicamente femenino, implica conceptos de gran importancia relativos al autocontrol y el autocuidado. * El posicionamiento desde una mayor exigencia de fortaleza que, argumentado desde la responsabilidad del espacio privado y la participación en el público, remite a la necesidad de ser capaz de "controlar" los comportamientos o, en caso de que se produzcan, demostrar esa capacidad de control. * La doble penalización que implica (desde la sanción social) la transgresión en el caso de que sea protagonizada por una mujer, afectando a distintos aspectos de su imagen interna y externa. Estos tres elementos, íntimamente relacionados entre sí, parecerían estar operando conjuntamente en la toma de decisiones de las mujeres respecto a los consumos, modulando expresiones y conductas diferenciadas en la medida que se constituyan como referentes sociales interiorizados de diferentes maneras y con diferente intensidad.
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