logosy.gif (10362 bytes) II symposium nacional
tratamiento de adicción en la mujer

COMPETENCIA PARENTAL Y ADICCIÓN SEGÚN GÉNERO

Dra. Carmen Orte Socías

RESUMEN

Pretendemos analizar la importancia de la implementación de programas de competencia parental dirigidos a los profesionales que trabajan en instituciones de tratamiento de drogodependencias, para que puedan utilizarlos en la rehabilitación de los usuarios en lo que se refiere a su vida familiar, concretamente, para fortalecer su competencia parental y, al mismo tiempo, prevenir el desarrollo de conductas inadaptadas en sus hijos.

La elaboración de programas dirigidos a implementar y/o fortalecer la competencia parental de los padres -en proceso de tratamiento por adicción a drogas-, tiene un doble objetivo: contribuir a la plena reinserción social y poder prevenir el desarrollo de conductas inadaptadas en sus hijos. De especial importancia es la preparación de los profesionales que trabajan en programas de tratamiento de drogas, con la finalidad de que sean ellos mismos los que lo lleven a cabo durante el proceso de tratamiento con los usuarios drogodependientes; cubriendo el vacío actual de los programas de tratamiento dirigidos únicamente a los usuarios, sin tener en cuenta la dimensión preventiva de la reinserción social, en aquellos usuarios y usuarias que tienen hijos.

Fortalecer la competencia parental es importante, tanto para los propios adultos como para sus hijos. En el caso de los adultos, el ejercicio del rol parental es un aspecto más de la rehabilitación. Así, los programas de tratamiento de adicción a drogas deben atender esta faceta. Los resultados de la investigación actual, tanto si se trata de investigación realizada desde el punto de vista de los factores de riesgo de consumo de drogas, como si se trata de investigación más ligada a factores de riesgo de abuso y/o maltrato infantil y juvenil, señalan la importancia del factor consumo de drogas como uno de los más implicados en la desatención de los hijos por maltrato o negligencia. Por otra parte, y si nos atenemos a los resultados de las intervenciones que en el momento actual están resultando más exitosas para fortalecer la competencia parental, observamos que son aquellas que abordan la competencia parental desde una perspectiva cognitivo-conductual, dado que influiría tanto sobre los procesos de pensamiento y actitudes como sobre las conductas que se llevan a cabo. La pretensión, por tanto debe ser el tratar de incidir sobre los procesos cognitivos y el déficit conductual de los padres objeto de intervención. La finalidad debe ser, pues, dotarles de las competencias necesarias para ejercer adecuadamente su rol parental.

En lo que se refiere a los hijos, la investigación señala una serie de factores familiares que contribuyen en el desarrollo de las conductas antisociales, como el consumo de drogas. De acuerdo con ello, citar, la falta de habilidades parentales (gestión del control y supervisión), los conflictos familiares, las actitudes favorables de los padres hacia el consumo de drogas, y las actividades cotidianas relacionadas con el consumo de drogas; mientras que existirían otros factores que podrían protegerles del desarrollo de estas conductas como la vinculación afectiva, el apoyo del padre en las competencias del hijo y una comunicación e interacción positiva entre ambos. El objetivo de estos programas, por tanto debe dirigirse a fortalecer los factores de protección y a disminuir los factores de riesgo.

Revisaremos algunos de los referentes de los que disponemos en la actualidad tales como aquellos que se refieren a los resultados obtenidos en los programas de prevención centrados en la familia, -basados en la reducción y/o eliminación de los factores de riesgo y en la potenciación de la resiliencia a partir del refuerzo de los factores de protección-. En lo que se refiere al nivel de implementación, haremos referencia a los avances de la investigación en este campo, concretamente, el apoyo asistencial a los padres, la adaptación del programa a sus necesidades en términos culturales y en términos de significatividad y relevancia de los contenidos y de las actividades. Este tipo de programas debe implementarse por personal especializado en tratamiento de personas adictas a drogas, bien entrenado y con conocimientos de la cultura, las características y los recursos del grupo y de la comunidad en la que el programa se lleva a cabo. Otros aspectos a los que nos vamos a referir se refieren a la duración del programa, la frecuencia y duración de las actividades que se lleven a cabo, las oportunidades que deben tener los participantes para practicar las actividades y recibir feedback y la utilización de estrategias didácticas de tipo interactivo.

 

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